Niños: en todas aquellas situaciones en que se necesite aumentar los requerimientos de vitaminas, como: pérdida del apetito, crecimiento y desarrollo, carencias nutricionales, trastornos de la absorción, dietas alimentarias, diarreas crónicas, enfermedades y convalecencias.
Adultos: en todas aquellas situaciones, al igual que los niños, en que se necesite aumentar los requerimientos de vitaminas.