Parches analgésicos: Se aplican en la piel para aliviar el dolor localizado.
Parches para afecciones de la piel: Se utilizan para tratar el acné, la psoriasis o el eczema, liberando ingredientes activos gradualmente en la piel.
Parches apósitos estériles: Se utilizan para proteger y reducir el riesgo de infección en heridas postquirúrgicas.