Anemia megaloblástica, hipoglicemia, ansiedad, cambio de conducta semejante a bebedores, visión borrosa, sudoración fría, confusión, enfriamiento, piel pálida, dificultad en la concentración, modorra, hambre excesiva, latidos fuertes, dolor de cabeza, náuseas, nerviosismo, pesadillas, insomnio, agitación, dificultad para hablar, cansancio o debilidad inusual.