Metronidazol: Es un activo contra la mayoría de las bacterias anaerobias obligadas y protozoos, mediante la reducción química intracelular que se lleva a cabo por mecanismos únicos del metabolismo anaerobiótico. El metronidazol reducido, que es citotóxico, pero de vida corta, interactúa con el DNA y produce una pérdida de la estructura helicoidal, rotura de la cadena e inhibición resultante de la síntesis de ácidos nucleicos y muerte celular.
Polimixina sulfato: La polimixina pertenece junto con la colistina (polimixina E), la bacitracina y la Tirotricina – al grupo de los antibióticos llamados “polipeptídicas”, porque se extraen de la bacteria Bacillus polimyxa. Se caracterizan por poseer un espectro reducido que cubre fundamentalmente microorganismos gran negativos. Actúa básicamente en el nivel de la membrana celular bacteriana en lo que altera la permeabilidad y el metabolismo, lo que conduce a la muerte por lisis celular.
Miconazol: Es un fungistático, aunque puede ser fungicida con dependencia de la concentración. Actúa por inhibición de la biosíntesis del ergosterol o de otros esteroides, lo que lesiona la membrana de la pared celular fúngica y altera la permeabilidad, como consecuencia, puede producirse la perdida de orgánulos intracelulares esenciales. Inhibe también la biosíntesis de triglicéridos y fosfolípidos de los hongos y la actividad de las oxidasas y peroxidasas, que da como resultado un aumento intracelular de concentraciones toxicas de peróxido de hidrogeno, lo que puede contribuir a la necrosis celular. En Candida albicans inhibe la transformación de los blastoporos en la forma inicial invasora.
Neomicina: La neomicina sulfato es un antibiótico aminoglucósido bactericida de amplio espectro que actúa por inhibición de la síntesis proteica de la bacteria mediante enlace con la subunidad 30S ribosomal. En general es activa frente a la gran mayoría de bacterias gram- negativas y algunas gram- positivas aeróbicas. Es inactiva frente a hongos, virus y la mayoría de las bacterias anaeróbicas.
Centella Asiática: Es un producto natural promueve, protege y acelera la cicatrización, regulando la incorporación al colágeno de la alanina y la prolina, dos aminoácidos fundamentales para la biosíntesis de las proteínas estructurales, con lo que estimula el tejido de granulación y facilita la correcta epitelización al favorecer la biosíntesis de glicosoaminoglicanos, con lo que contribuye a la reconstrucción de la matriz amorfa.