Raramente se comunicaron casos de síncope, arritmias cardiacas y bloqueo AV de primer grado. La probabilidad de hipotensión excesiva o síncope puede ser minimizada limitando la dosis inicial de Risperidona a 1 mg dos veces por día en los pacientes adultos y a 0,5 mg dos veces por día en pacientes especiales aumentándola luego lentamente. Si aparece hipotensión debe considerase la reducción de la dosis.
La Risperidona debe ser utilizada con precaución en pacientes con enfermedades cardiovasculares (enfermedad cerebrovascular, trastornos de la conducción), hipovolemia, deshidratación o que estén recibiendo medicación antihipertensiva.
Debe administrarse con precaución en pacientes ancianos, en pacientes con insuficiencia renal o hepática y en pacientes con enfermedad de Parkinson.
El síndrome neurológico maligno ha sido comunicado en asociación con las drogas neurolépticas y no puede descartarse durante la administración de Risperidona. Ante la aparición de los síntomas que caracterizan a este síndrome (Hipertemia, rigidez muscular, estado de alteración mental, signos catatónicos, presión arterial irregular, taquicardia, arritmias cardiacas, aumento de la creatina fosfoquinasa, mioglobinuria o fallo renal agudo) debe interrumpirse de inmediato la administración de todas las drogas antipsicóticas, incluyendo Risperidona, y de otras drogas no esenciales para el tratamiento concurrente, e iniciarse el tratamiento intensivo de los síntomas y de cualquier otro cuadro clínico agregado, bajo control y seguimiento médico estricto.
Debe considerarse cuidadosamente la potencial reintroducción del tratamiento con Risperidona a los pacientes que haya padecido este síndrome y extremarse los cuidados en caso de llevarla a cabo, pues en ciertos casos se han informado la recurrencia del mismo.
En los pacientes tratados con drogas antipsicóticas convencionales se ha descrito el síndrome de disquinesia tardía. Con el objeto de evitar la Risperidona debe indicarse con precaución en los pacientes de edad avanzada, especialmente en las mujeres, con la dosis más baja posible y en tratamiento de corta duración.
La Risperidona puede interferir con las actividades que requieran concentración mental. Por ello debe advertirse sobre la inconveniencia de conducir vehículos o de operar maquinarias peligrosas hasta conocer la susceptibilidad individual. Se recomienda administrarlo con precaución a pacientes que tengan antecedentes de convulsiones u otros factores predisponentes.