Los síntomas de sobredosis incluyen: hipo o hipertermia, hipo o hiperpotasemia, hipofosfatemia, síntomas gastrointestinales (dolor abdominal, náuseas y vómitos), síntomas neurológicos (cefalea, tinnitus, mareos, letargo, trastornos visuales, coma, convulsiones, apnea), síntomas cardiovasculares (hipotensión, bradicardia y taquicardia), insuficiencia renal aguda, acidosis metabólica, sangrado gastrointestinal o disfunción hepática.
La sobredosis de ibuprofeno debe ser tratada sintomáticamente. La vigilancia de la función hepatorrenal y el pH arterial es fundamental.
Medidas terapéuticas útiles incluyen la inducción de la emesis y el uso de carbón activado.
En los casos de intoxicación por sobredosis de antimuscarínicos, pueden aparecer efectos colaterales neurológicos más intensos que los citados anteriormente pudiendo así mismo presentarse otros como hipertermia, náuseas, vómitos, inquietud, excitación, confusión, ataxia, paranoia, alucinaciones, delirio y ocasionalmente rigidez. En la intoxicación grave, sin embargo, la estimulación puede ir seguida de depresión del sistema nervioso central.
En el caso particular de la hioscina, que tiene actividad bloqueadora ganglionar, dosis elevadas causar hipotensión postural e impotencia, y a dosis toxicas puede producir bloqueo neuromuscular no despolarizante.
En el tratamiento de la intoxicación por antimuscarínicos se ha ensayado la fisostigmina, pero su uso es peligroso, por lo que en general no se recomienda. Se puede utilizar diazepam para controlar la excitación y las convulsiones. No se deben utilizar fenotiazinas porque pueden incrementar los efectos antimuscarínicos. En caso de arritmias no se recomienda el uso de antiarrítmicos. La hipoxia y la acidosis deben corregirse.
Ante la eventualidad de una sobredosificación, recurrir al Centro Nacional de Toxicología del Centro de Emergencias Médicas- Av. Gral. Santos y Teodoro S. Mongelos- Asunción, teléfono 204 800.