Aumenta con la duración del tratamiento o con la frecuencia de la administración.
Pueden producirse: debilidad muscular, fragilidad en los huesos, ulcera de estómago, náuseas, vómitos, hematomas no habituales, hirsutismo (crecimiento de vello), esclerodermia, hiperglucemia, polifagia, sofocos, disminución de la resistencia a las infecciones, retraso del crecimiento en niños, retraso de la cicatrización de heridas. Son de incidencia menos frecuentes: Hipopotasemia, visión borrosa u otras alteraciones visuales, aumento de la sed, adormecimiento, depresiones u otros cambios de estados anímico, sensación de falta de aire, sofoco en la cara, síndrome de Cushing, osteoporosis, úlcera gastroduodenal, perforación gastrointestinal y hemorragias, pancreatitis aguda, especialmente en niños, insuficiencia cardiaca, cardiomiopatía, hipertrófica en neonatos prematuros, edema, Hipertensión arterial grave, acné o problemas cutáneos, alteraciones neurológicas, Crisis renal esclerodérmica.