Ergotamina: Cardiovasculares: isquemia, cianosis, ausencia de pulso, frialdad de extremidades e incluso necrosis, precordalgia, y raros casos de infarto de miocardio, bradicardia, taquicardia, disnea, mialgias. Gastrointestinales: náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal, úlceras anales o rectales por sobredosificación. Neurológicas: parestesias, hormigueos, debilidad, vértigo, cefaleas en caso de uso prolongado ininterrumpido y como síntoma de abstinencia. Alérgicas: prurito y edema localizados, principalmente en pacientes hipersensibles a la droga. Complicaciones fibróticas: hay casos descriptos en la literatura de pacientes que bajo tratamiento con ergotamina han desarrollado fibrosis retroperitoneal y/o pleuropulmonar, así como fibrosis valvulares. En todos los casos se constató un uso continuo y prolongado de este principio activo. Se han reportado casos de ergotismo con el uso inadecuado del producto, caracterizado por: cefaleas, claudicación intermitente, dolores musculares, frialdad y palidez digital. Eventualmente puede producirse gangrena en las extremidades inferiores. Cafeína: Taquicardia, náuseas, vómitos, diarreas, reflujo gastroesofágico, insomnio, excitación, hiperglucemia, modificación de la eliminación urinaria de catecolaminas. Se han descriptos casos de abuso y de dependencia psíquica con ergotamina y cafeína. Debido a la cronicidad de las cefaleas vasculares, es imperativo que los pacientes no sobrepasen las dosis recomendadas para evitar el ergotismo. Dipirona: Reacciones anafilácticas/anafilactoides: Son casos muy raros y pueden ser graves y conllevar riesgo de vida. Pueden ocurrir aún después de que la dipirona haya sido ya usada en muchas ocasiones sin complicaciones. Para todas las formulaciones, las reacciones anafilácticas/anafilactoides más leves se manifiestan con síntomas cutáneos o de las mucosas, disnea y problemas gastrointestinales. Pueden evolucionar a formas graves con urticaria generalizada, angioedema severo, broncoespasmo severo, arritmias cardíacas, caída de la presión sanguínea y shock circulatorio. Otras reacciones cutáneas y de las mucosas: Más allá de las mencionadas, ocasionalmente pueden presentarse erupciones localizadas producidas por drogas. Están descriptos raros casos de síndrome de Stevens-Johns, o síndrome de Lyell. Ante la aparición de cualquiera de estas reacciones discontinuar su uso. Reacciones de hipotensión: ocasionalmente puede ocurrir reacciones hipotensiva transitorias aisladas; en casos raros, caída crítica de presión sanguínea. Alteraciones hematológicas: raramente leucopenia; en casos muy raros, agranulocitosis o trombocitopenia. Pueden ocurrir aún después de que la dipirona haya sido previamente usada en muchas ocasiones sin complicación. La agranulocitosis puede conllevar riesgo de vida, pudiendo ser fatal. Entre los signos típicos de agranulocitosis se incluyen lesiones inflamatorias de las mucosas, dolor de garganta y fiebre (tanto fiebre inesperadamente persistente o recurrente). En los pacientes en tratamiento con antibióticos, los signos típicos de agranulocitosis pueden ser mínimos. Existen casos raros descriptos de oliguria, anuria, proteinuria o nefritis intersticial. Notificación de sospechas de reacciones adversas: Es importante notificar sospechas de reacciones adversas al medicamento tras su autorización, la cual permite una supervisión continuada de la relación beneficio/riesgo del medicamento. Se invita a los profesionales sanitarios a notificar las sospechas de reacciones adversas en el laboratorio y en la Autoridad Sanitaria del país.