En caso de sobredosificación aguda o de administración crónica de dosis excesivas se presentan como síntomas: mareos, náuseas, vómitos, dolores gastrointestinales, cuadros de excitación, convulsiones, espasmos crónicos, shock, coma, parálisis respiratoria, lesiones hepáticas y renales, retención de sodio y líquido con edema pulmonar en las cardiopatías. reacciones alérgicas y anafilácticas, leucopenia, trombocitopenias, agranulocitosis y anemias. Tratamiento: después de la administración oral se procederá al lavado de estómago o provocación del vómito. Se administra apomorfina, carbón, sulfato de magnesio (15%). Primeramente, se tratará las convulsiones con diazepam. Se efectuará el control intensivo de las funciones vitales. Se facilitará la permeabilidad de las vías respiratorias practicando intubación, respiración artificial, cuando sea necesario. En caso de hipovolemia, se procederá a la normalización del volumen hemático circulante con plasma, sustitutivos del plasma, soluciones de electrolitos o soluciones de glucosa, según el caso se acelerará la eliminación mediante diuresis forzada o diálisis (la dipirona es dializable).