Toxicidad sistémica aguda: La lidocaína puede ocasionar efectos tóxicos agudos si se presentan niveles sistémicos altos debidos
a: aplicación intravascular accidental, sobredosificación, gran absorción, aplicación de altas concentraciones y dosis a nivel de mucosas por debajo de cuerdas vocales o bien por hipersensibilidad o tolerancia disminuida del paciente (idiosincrasia).
Los síntomas se presentarán rápidamente a los 1-3 minutos o bien, en caso de absorción más lenta a otro nivel, pueden tardarse hasta 20-30 minutos.
Reacciones del sistema nervioso central: Las reacciones pueden ser de depresión o excitación, incrementándose su severidad paulatinamente: nerviosismo, entumecimiento de la lengua, hiperacusia, dolor de cabeza leve, alteraciones visuales, Visión doble o borrosa, tinnitus, temblor, euforia, disminución de la capacidad de raciocinio, alteraciones sensitivas y desorientación, que por lo general preceden a las convulsiones, inconsciencia e inclusive paro respiratorio
O bien únicamente se presenta inconsciencia y paro. Con la consecuente hipoxia, hipercarbia y acidosis que incrementa más aún la toxicidad del anestésico local. La recuperación se deberá al buen apoyo médico y a la redistribución del fármaco.
Reacciones cardiovasculares: Reacciones de depresión que se caracterizan por hipotensión, depresión miocárdica, arritmias, bradicardia y paro cardiaco en algunos casos. En algunas ocasiones se ven incrementadas por efecto vaso-vagal, sobre todo, en pacientes en posición erecta.
Es importante el diagnóstico temprano de estas reacciones, ya que cualquier retraso puede dar como resultado hipoxia y daño cerebral progresivo. La mayoría de las ocasiones estas manifestaciones se encuentran precedidas de sintomatología del SNC.
Manejo de la toxicidad: El manejo consiste en limitar la absorción del sitio de inyección ya sea mediante un torniquete y /o paquetes de hielo si se puede circunscribir el área, además de detener la aplicación del fármaco. Se debe colocar al paciente con las piernas elevadas 30°- 45° arriba del plano horizontal.
Mantener vías aéreas permeables con administración de oxígeno, evitando la acidosis.
Obtener una vía venosa adecuada, controlar las convulsiones, si no cesan en 15-30 segundos administrar diazepam 0,1 mg/Kg/l.V. o bien, tiopental sódico a dosis de 1-3 mg/Kg.
requiriéndose obligatoriamente de asistencia ventilatoria.
También se puede emplear succinilcolina para producir relajación y cese de las contracciones musculares por las convulsiones, pero siempre se requerirá de protección cerebral y ventilación asistida.
El apoyo circulatorio se realiza mediante la aplicación de cargas hídricas con cristaloides o expansores del plasma, si aun así no cede la hipotensión, se aplicará efedrina en bolos de 5 mg a 10 mg I.V.
Si no se percibe pulso carotideo, se iniciará masaje cardiaco externo, inclusive aplicación de epinefrina 0,1 a 0,2 mg I.V. o intracardiaca repitiendo la dosis cuantas veces sea necesario.
Aplicando al mismo tiempo respiración boca a boca o intubación
endotraqueal inmediata.
Ante la eventualidad de una sobredosificación, recurrir al Centro Nacional de Toxicología del Centro de Emergencias Médicas - Av.
Gral. Santos y Teodoro S. Mongelos - Asunción, teléfono 204 800.