Este producto no sirve para el diagnóstico, tratamiento, o cura de alguna enfermedad y no suple una alimentación equilibrada. No se debe superar la dosis diaria sugerida.
En caso de embarazo, lactancia o niños, consultar a su médico antes de consumir este producto.
Los ácidos grasos del aceite de chía poseen actividad antitrombótica y deben administrarse con precaución a pacientes con trastornos hemorrágicos, o a quienes toman anticoagulantes u otros fármacos que afectan la coagulación. Se recomienda precaución en pacientes con insuficiencia hepática, presión arterial baja y con asma sensibles al ácido salicílico. Este producto puede aumentar o disminuir los niveles de azúcar en la sangre, por lo que se debe administrar con cuidado a pacientes diabéticos.
El aceite de chía se debe administrar con precaución con fármacos antihipertensivos, ya que juntos puede disminuir mucho la presión arterial. Tampoco se recomienda su administración junto con Warfarina, debido a que su acción anticoagulante puede verse aumentada.
Los fitosteroles pueden reducir ligeramente la absorción de vitaminas y antioxidantes liposolubles, por lo que es importante el consumo regular de frutas y hortalizas para ayudar a mantener los niveles de carotenoides. Los suplementos que contienen fitosteroles no deben administrarse a personas con un trastorno genético poco común llamado fitosterolemia (también conocida como sitosterolemia). La enfermedad hereditaria, que causa la acumulación excesiva de grasa en la sangre y los tejidos, puede empeorar por el consumo de fitosteroles.
Los fitosteroles pueden reducir la eficiencia del medicamento reductor del colesterol, colestiramina. Para evitar una interacción, se debe tomar el suplemento varias horas antes o después de la dosis de colestiramina. Varios estudios han sugerido que los fitosteroles pueden reducir la absorción de un precursor de la vitamina A, el betacaroteno.