Cuando se utilizan según las instrucciones la sobredosis es poco probable. En caso de uso excesivo, debido al contenido en salicilato de metilo, se pueden alterar las condiciones normales de la piel.
Pueden darse casos de salicilismo después de la aplicación tópica excesiva de salicilatos. Los síntomas incluyen mareo, tinnitus, - sudoración, sordera, náuseas y vómitos, dolor de cabeza y confusión, puede ser controlado reduciendo la dosis.
En caso de ingestión de este medicamento, por su contenido en salicilato de metilo, pueden aparecer los siguientes síntomas: hiper ventilación, fiebre, agitación, cetosis y alcalosis respiratoria y acidosis metabólica; depresión del sistema nervioso central que puede llevar al coma, colapso cardiovascular e insuficiencia respiratoria. En los niños, es común la aparición de somnolencia y acidosis metabólica, y puede producirse hipoglucemia grave.
Asimismo, debido al contenido en mentol, la ingestión de este medicamento puede producir dolor abdominal grave, náuseas, vómitos, vértigo, ataxia, somnolencia, y coma.
Debido a su contenido en alcanfor, pueden aparecer después de la ingestión, entre los 5 y 20 minutos, presentando un pico a los 90 minutos, los siguientes síntomas: náuseas, vómitos, cólicos, dolor de cabeza, mareo, sensación de calor, delirio, nerviosismo, convulsiones tipo epilépticas, depresión del sistema nervioso central y coma.
La respiración es difícil y el aliento tiene un característico olor. Puede presentarse anuria. El individuo puede llegar a morir por un fallo respiratorio o un status epiléptico. El diagnóstico de la intoxicación es por el olor a alcanfor en el aliento y en la orina.
Además, debido al contenido en esencia de trementina, la ingestión de este medicamento puede producir edema pulmonar, excitación, coma, fiebre, taquicardia, daño hepático, hematuria y albuminuria, ardor de estómago, malestar intestinal.
La sobredosis de benzocaína sobre todo si se ingiere, puede producir metahemoglobinemia, Las manifestaciones clínicas de la metahemoglobinemia, que dependen de la concentración de metahemoglobina en sangre incluyen cianosis; fatiga, cefaleas. náuseas y vómitos, incremento de la sudoración, fibrilación atrial, taquicardia, hipotensión e infarto de miocardio, alteraciones en el nivel de conciencia.