La metoclopramida es un derivado del ácido paraaminobenzoico, cuyos efectos farmacológicos se producen en el SNC como consecuencia del bloqueo dopaminérgico.
En el tubo digestivo la metoclopramida aumenta la motilidad del musculo liso gástrico producida por la dopamina, desde el esófago hasta la parte proximal del intestino delgado, acelera el vaciamiento gástrico y el tránsito intestinal desde el duodeno hasta la válvula ileocecal.
Disminuye la relajación receptiva en la parte superior del estómago e incremente la actividad contráctil del antro.
Vómitos y náuseas de cualquier origen. Profilaxis y tratamiento de náuseas y vómitos inducidos por la quimioterapia.
Gastroparesia diabética.
Reflujo gastroesofágico.
Trastornos digestivos secundarios a afecciones hepatobiliares o pancreáticas.
Cefaleas de origen digestivo.
Hernia hiatal.
Estenosis pilórica.
Dispepsias.
Hipo.
Gotas: para adultos 25-50 gotas tres veces por día, 30 minutos antes de las comidas y al acostarse en el caso del reflujo gastroesofágico.
Para niños la dosis no deberá excederse de 0,5 mg/kg/día (4 a 8 gotas) repartidas en 3 tomas y el tratamiento debe empezar siempre con la dosis más baja.
Niños: de 1 a 3 años: 1 mg dos a tres veces por día.
De 3 a 5 años: 2 mg dos a tres veces por día.
De 5 a 14 años: 2,5 mg tres veces por día, 30 minutos antes de las comidas.
Hipersensibilidad al principio activo o alguno de los excipientes presentes en la formulación. Hemorragias, obstrucción mecánica o perforación gastrointestinal, para los que la estimulación de motilidad gastrointestinal constituye un riesgo.
Antecedentes de discinesia tardía inducida por neurolépticos o metoclopramida.
Combinación de levodopa o agonistas dopaminérgicos.
Uso en niños menores de 1 año debido a un aumento del riesgo de trastornos extrapiramidales.
Se pueden presentar las siguientes reacciones adversas:
Diarrea, astenia, hipersensibilidad, somnolencia, trastornos extrapiramidales, acatisia, depresión, hipotensión, alucinación, distonía, discinesia, nivel de consciencia disminuido.
Se pueden producir trastornos extrapiramidales, particularmente en niños y adultos jóvenes, y/o cuando se usan dosis altas. Estas reacciones aparecen normalmente al principio del tratamiento y se pueden producir después de una sola administración. El tratamiento con metoclopramida se debe interrumpir inmediatamente en el caso de que se presenten síntomas extrapiramidales.
El tratamiento prolongado con metoclopramida puede producir discinesia tardía, potencialmente irreversible, especialmente en pacientes de edad avanzada.
El tratamiento no debe exceder de 3 meses debido al riesgo de discinesia tardía.
Se debe tener especial cuidado en pacientes con enfermedades neurológicas subyacentes y en pacientes que estén siendo tratados con otros medicamentos que actúen a nivel central.
Metoclopramida puede producir somnolencia, mareo, discinesia y distonía que podrían afectar a la visión y también interferir en la capacidad para conducir y utilizar máquinas.
No debe utilizarse en pacientes con reacciones de tipo alérgica, incluyendo reacciones anafilácticas y broncoespasmo en pacientes susceptibles especialmente en aquellos con historial asmático.
Se pueden producir confusión, somnolencia, trastornos extrapiramidales. Espasmos musculares.
Alucinación, y paro cardio-respiratorio.
Se puede utilizar metoclopramida durante el embarazo en aquello casos en los que sea clínicamente necesario. Se debe evitar la administración de metoclopramida al final del embarazo.
Si se utiliza metoclopramida se debe realizar una monitorización neonatal, debido a las propiedades farmacológicas, no se puede excluir síndrome extrapiramidal en el recién nacido si se administra metoclopramida al final del embarazo.
La metoclopramida se excreta en la leche materna a un nivel bajo. No se pueden excluir reacciones adversas en el lactante. Por lo tanto, no se recomienda metoclopramida durante la lactancia.